" La sangre que da el corazon es tempera roja que endurece el tiempo"
"Tempera" Manuel García
Todo se siente tan extraño, los segundos, los minutos, las horas y los días pasan, pero no logro sentir como transcurren por mi vida dejando alguna huella en ella. Es ese vacío, el vacío del tiempo, el vacío de la vida.
La verdad es que nunca he creído en el tiempo, y como siempre digo, no es más que otro invento de los humanos, un intento desesperando para originar algo de orden en nuestras vidas. Pero que conseguimos con eso? Conseguimos demostrar lo manipuladores que somos, el poder que buscamos y que por supuesto logramos obtener. Todo esto me deja dando vueltas, en verdad somos tan superiores?
No hay mejor reloj que el sol y la luna… puede sonar un poco cursi, palabra prohibida en mi vocabulario, pero sostengo lo que digo, creo que todos estaríamos un poco mas felices con un guía elemental, pero me equivoque de nuevo, somos demasiado cuadrados para eso.
Tal vez la solución en mi vida será seguir el transcurso natural, la del viento y del agua, fluir, sin orden regular-. Sin embargo el tiempo existe, lapso calculado o sin regla, en fin tiempo igual, y ahora no hago más que esperar que ese día llegue. Tan solo quiero desaparecer, correr y volar, hundirme en las profundidades del mar y reírme abocanadas gigantes con los peces y peinar con las algas entre mis cabellos. Estar contenta, desear vivir.
Es que a veces no puedo evitar sentirme como una pintura de Edward Munch, bella pero sombrío. Con texturas espesas, con trazados largos y lentos. Sin embargo aun no logro expresarme como “el grito” y me mantengo en la posición de la “melancolía”.
Aunque mi presencia se sienta como de 100 toneladas de pintura, no hay mas remedio que disfrutar la vida, porque nada se pierde con vivir. Hasta el pintor mas oscuro deja al sol iluminar su lienzo…